sábado, 3 de noviembre de 2012

Las ventas de Literatura Infantil subieron el 30% con respecto a los años anteriores.

La importancia de la lectura en el aula da sus frutos.


Cuentos y novelas infantiles representan la real preferencia para los niños. Los infanto-lectores buscan títulos de obras que han sido leídas por sus maestros en las aulas y conocerlas de manera completa.
     En el stand (113) la Editorial Hola Chicos, ubicado en la carpa de la calle Independencia hizo referencia al aumento de un 30% de la venta de literatura infantil debido a la gran curiosidad de los niños en querer saber cómo finalizan las historias que escuchan en clase. Aquí cobra tal importancia la obra del maestro junto con los padres quienes se encargan de seguir fomentando la lectura en los niños y que sean ellos mismos quienes elijan libremente. 

La importancia de la lectura en los pequeños


“La lectura no da plata, no da prestigio, no es canjeable… es una manera de vivir, y los que de esa manera vivimos querríamos inculcarla en el niño y contagiarla al prójimo, como buenos viciosos… por ese hábito perdimos trenes, empleos, novios, concursos, status, ascensos y días de Sol” ( María Helena Walsh) 


  El martes 18 de septiembre por la tarde, me encontraba recorriendo cada una de las carpas de la Feria del Libro. Los stands se vistieron de fiesta y fueron los libros los que encendieron la magia. El lugar se pobló de gente  que entraba y salía por las distintas carpas, sumado a eso se sentían murmullos; algún que otro chico correteando entre las piernas de los más grandes, una palomita posada en uno de los cordeles de la entrada y los pasos de todos que hacían rechinar las maderas. Bastante dinámico y organizado estaba todo, sin embargo, los precios daban que hablar y las indignaciones de la gente al no poder comprar se dibujaban rápidamente en sus rostros.
A pocos metros de donde me encontraba, al costado precisamente, estaba sentado un anciano con un pequeño en su falda; intuí que sería su nieto. Me quede un largo rato observándolos y enseguida se me vinieron recuerdos de mi infancia. Me transporté a las lecturas de mi abuelo por las noches, donde teatralizaba con máscaras, con el juego de voces que utilizaba para hacer cada personaje y lograr así despertar la atención y la imaginación en mí. Sin dudas lo lograba, no solo dormía tranquila sino que me motivó durante muchos años a leer y a encontrarme con la lectura desde distintas maneras al igual que lo hicieron mis padres. Después de mirarlos un rato, no quería incomodarlos si se llegaban a dar cuenta, decidí seguir mi paso, hasta que me tope con un stand, el nº 113 ubicado en la calle Independencia, Editorial Hola Chicos. La verdad que desconocía dicha editorial. Estaba lleno de niños de distintas edades, algunos tirados al suelo leyendo,otros en una mesita dibujando. Note que no sólo eran libros para niños sino que había para docentes y me llevo a preguntarme sobre el lugar que ocupa la lectura hoy en día, sobre todo en los más pequeños. Cuáles serían las motivaciones hacia la lectura  y cómo fomentar el hábito de la lectura desde pequeños, más en estos tiempos donde la Internet o los juegos electrónicos ocupan un lugar privilegiado en los niños; es lo que más los divierte. Así que me acerqué a conversar con una de las chicas del stand, su nombre es Natalia, para conocer con más profundidad este asunto y saber de qué trata dicha editorial.

Hola Chicos es la única editorial Argentina especializada en Nivel inicial y su articulación con EPB. Edita libros para niños de 0 a 8 años y libros de consulta  y perfeccionamiento para docentes de estos niveles educativos. Estos libros constituyen una orientación y una guía acerca de los contenidos a trabajar y a qué grado de profundidad esperable los niños deben alcanzar al finalizar cada ciclo. El objetivo editorial es acercar al docente una herramienta eficaz que complete su accionar y ayude a integrar cada nuevo conocimiento a los esquemas propios de cada individuo. Además, cuentan con un departamento pedagógico que organiza periódicamente talleres y charlas de formación docente con amplia participación tanto de maestros, como coordinadores, directivos, integrantes de gabinetes pedagógicos y otros profesionales del quehacer educativo.

La conversación se interrumpía constantemente debido a que ella también estaba atendiendo a otras personas, pero lo más importante que dijo es la importancia que cobra la lectura en el aula y es tal que hace que los chicos se interesen luego en buscar ese libro que les habían comenzado a leer en clase, con ese interés vienen a la Feria, porque quieren conocer el final de la historia que les empezaron a leer.
          También es de suma importancia el papel de los padres y maestros quienes se disputan a veces el mando en esta tarea. Los padres los apoyan en sus intereses, en la libertad sobre todo de que sean ellos mismos los que elijan sus libros, se trate de cuentos, sea de cómics, porque por algo les llama la atención y hay que respetar sus elecciones. Los niños tienen intereses distintos, no podemos pedirle a un niño de 3 o 4 años que no busque libros con más dibujos y poco escrito, porque tiene que ver con un proceso de lectura. Empieza siendo asociativo con imágenes, colores y pequeñas palabras sueltas, para luego pasar a leer toda una historia. Generalmente los padres los apoyan pero no van en conjunto con el docente, y he allí el conflicto; me contaba Natalia.

Es claro que hoy en día los tiempos de todos y especialmente el tiempo de los padres que van a las corridas y toda una serie de factores como ser el exceso de trabajo, llevarse tareas laborales a la casa, hace que el niño pase la mayor parte de su tiempo a cargo de una niñera, por lo que la lectura queda a medias o incompleta. El maestro fomenta nuevos lectores, promueve la lectura desde el juego, desde la participación de todos sus alumnos, pero luego si en la casa no se practica, no se sigue desarrollando la actividad, estamos ante un problema ya que la trasferencia de conocimiento, la motivación, se estancan y se las reemplaza fácilmente por la play, la tele, etc.

         Debemos estimularlos a leer por el puro placer de estar juntos, de compartir sueños, temores o intereses, confrontándolos  con los valores y retos de la vida que recrean los libros. Rescatar el valor de nuestro ejemplo y la imitación. Ayudarlos a ir formando un criterio para la selección de los libros que quieran leer dándole varias opciones. Darles a los libros un lugar destacado en el aula, llevarlos a la biblioteca, librerías, organizar en la escuela ferias de libros, etc. En esto coincido con Natalia, porque realmente ayuda, es una linda tarea que acerca a padre e hijo y uno aprende con ellos aunque sea un ratito todos los días, y es importante para tener en cuenta que nunca hay que comparar las habilidades lectoras de nuestros alumnos, ni interrumpirlos para hacerles correcciones cuando leen en voz alta, al contrario, felicitarlos siempre en sus avances.

Agradecida y conforme con la charla, salí del stand y me dirigí a buscar el libro que tanto quería  y no podía encontrar. Entré en otro que no recuerdo el nombre -porque no le presté atención- y hojeando libros al azar, como si fuera por arte de magia, leí una frase de Montaigne que me pareció apropiada para cerrar y reflexionar:

“El niño no es una botella que hay que llenar sino un fuego que hay que encender”.

Por Rocío Barrientos.




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